“Kubos en acción”. Un diálogo con el espacio que desafía las miradas.
Somos el espacio que habitamos y el espacio habita en nosotros como una construcción contenedora de múltiples interpretaciones, por eso el acercamiento a la obra de arte puede llegar a ser una proyección de las intenciones del artista y de la experiencia del espectador. De aquí que el trabajo “Kubos en acción” de Rafael Montilla se haya propuesto confrontar el espacio mediante la intervención urbana como vía para explorar el equilibrio, la depuración y la simplificación, asumidos como procesos internos y externos, una búsqueda constante en la obra de este artista que ha plasmado sus ideas en la urbe.
Esta propuesta se esparce por la ciudad trazando una cartografía de coordenadas dinámicas, estableciendo un diálogo con el espacio que desafía las miradas, a partir de la firme de convicción de hacer de la calle su galería, un área expositiva de dimensiones inconmensurables, generosa en posibilidades y desbordada en alcance. Instalaciones que irrumpen la cotidianidad y el adormecimiento de los sentidos, incorporando nuevas sensibilidades condensadas en figuras que van conformando un cuerpo de trabajo en el que el artista fija su impronta y asienta su huella como extensión de su propia identidad, de modo que los “Kubos en acción” son la marca reconocible que Montilla fija en diversos lugares públicos.
La inquietud y motivación inicial de este artista se multiplican en la apropiación colectiva de que quienes miran la sutil interacción entre geografía y geometría, desprendida de una obra en la que acertadamente se adopta el cubo como cuerpo sólido y congruente, características extrapolables a la experimentación visual a través de formas, líneas y movimientos, donde lo lúdico y lo rígido parecen dialogar argumentadamente, sin negar los puntos de encuentro entre el sistema y la unidad, las coincidencias entre lo macro y lo particular, aquello que se repite y lo que muta a la singularidad.
Este artista ha tenido el atrevimiento de tomar la ciudad como soporte y retar al transeúnte casual o al conductor habitual, a aquel que se detiene a contemplar o quien un día rompe su rutina para observar estos cubos blancos que van tejiéndose entre sí, mientras se adhieren a distintas superficies, camuflándose con el paisaje urbano, al tiempo que insinúan nuevos ritmos que invitan a ver y dejarse sorprender, recordando a Edgar Degas: “El arte no es lo que ves, sino lo que haces que otros vean”.
Johanna Pérez Daza