Estamos hechos de los mismos elementos que componen el universo: hidrógeno, oxígeno, carbono, nitrógeno y hierro; la misma materia estelar que da forma a galaxias, estrellas y vida. Somos parte del universo, y el universo vive dentro de nosotros. Somos el universo hecho consciente de sí mismo.
Para mí, el ser humano es solo un paso en nuestra evolución: una etapa transitoria en la que la conciencia aprende a reconocerse, a transformarse y a expandirse hacia nuevas formas de existencia. Sin embargo, mientras sigamos dominados por nuestras pasiones más bajas —ira, lujuria, avaricia, envidia y soberbia— seguiremos siendo simplemente monos con celulares.
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