Mario Pérez
Blog del Fotógrafo
¿Soy yo, o llevo algo de razón en esto?
¿No se supone que los fabricantes de cámaras de fotos deberían ser de los que más saben de fotografía? Por lo menos, hasta el punto de saber enseñar, correctamente, cómo utilizar la cámara con los ajustes adecuados para poder capturar la fotografía como uno se la ha imaginado.
Si es así, mi pregunta es: ¿por qué el manual de instrucciones de la cámara de fotos ostenta el dudoso honor de ser el “peor libro de fotografía”?
Lo es. No lo pienso solo yo. No te sabría decir el número de lectores que alguna vez me han confesado la frustración que han sentido a la hora de ojear el manual de instrucciones que acompañaba su cámara de fotos. Parece mentira ¿verdad? Ese librito que acompaña la nueva y flamante cámara de fotos réflex que acabas de adquirir se supone que tiene que ser lo primero, absolutamente lo primero que vas a leer, antes de entrar en contacto con tu nueva cámara. Y sin embargo, no conozco un libro más complejo de leer, más difícil de descifrar para el lector medio, que ese manual de instrucciones.
Me da igual la marca de la cámara y el modelo. Todos, absolutamente todos caen en este mismo error.
La triste realidad es que los manuales de instrucciones que acompañan las cámaras réflex hoy en día se limitan a seguir la tradición de los fabricantes de electrónica de acompañar sus aparatos con un manual de instrucciones. Sin más. Del mismo modo que cuando desembalas un microondas, una lavadora o una freidora y, dentro del paquete, encuentras una guía de usuario o manual de instrucciones, los fabricantes de cámaras de fotos se han pensado que con incluir un manual de instrucciones similar a los del resto de electrodomésticos era suficiente. Un librito que se limita a indicarte para qué sirve cada botón en un escueto y aburrido esquema, con unas cuantas referencias de “seguridad y precaución” aquí y allá, y el resto, complejas indicaciones llenas de tecnicismos, códigos, números, referencias y jerga que te hace plantearte devolver la cámara a la tienda y buscarte otra afición.
Ojalá los manuales de usuario de las cámaras de fotos fueran un poco más sencillos de entender y más atractivos para el usuario. Si estuviera en mis manos, mandaría a tirar todos los manuales de usuario (a reciclar papel) y trabajaría en otros desde cero, crearía manuales de usuario que enamorasen, que enganchasen, que mostrasen lo fácil que es encender la cámara, utilizarla y dominarla, que apartasen el miedo con el cual sé que muchos inician su relación con la cámara.
Dicen que soñar es gratis 🙂 Desde aquí no puedo influir mucho en cómo son los manuales de usuario que las marcas editan para acompañar sus cámaras. Sólo puedo contrarrestarlo desde Blog del Fotógrafo y Escuela del Fotógrafo aportando contenidos de divulgación fotográfica redactados con un lenguaje sencillo y “normal”, de personas normales a personas normales, bajo la forma de libros de fotografía con los que busco enseñar fotografía y ayudar a lectores como tú a retratar las pequeñas cosas que nos rodean.
Gracias por aguantar mis correos quejosos en esta mañana de domingo, y por formar parte de esta gran comunidad Blog del Fotógrafo.
Me acaban de servir una taza de riquísimo café en este instante y no me gustaría desatenderla. Te deseo un feliz domingo.
Saludos,
Mario
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